Sigmund Freud
De las ensoñaciones a los micro-sueños como “calmantes”
Otras de las características
del ser humano remarcadas en la modernidad son la necesidad y búsqueda
del bienestar, es por eso que en las últimas décadas el descanso –las
vacaciones- es obligatoriedad dentro del
sistema laboral mundial. Los motivos para vacacionar en semana Santa se
relacionan no sólo con la activación de las economías sino con la relajación y
descanso.
El
lapso entre vacación y vacación se alarga, pero tod@s queremos escapar de la cotidianidad y aminoramos ese lapso
con idas al gimnasio, cine –palomitas y chesco-, el PSP2 o la TV, deportes extremos, visitas familiares, los
hijos-hijas, etc., al grado que no es descabellado decir que, con todas esas
actividades, tratamos de evadir, salirnos, de nuestra vida diaria –la que sea
que llevemos-. Relajarse estirad@s en algún sillón, cama, hamaca, sea en la
arena, azotea, patio, balcón.
A estas
formas de “evasión” socialmente aceptadas
S. Freud las llamó: “ Satisfacciones sustitutivas y poderosas distracciones” (libro XXI, Amorrortú. Pág.
75). Dos de las tres formas en que el Hombre aminora los “estragos” de su real.
Otra
forma extrema y prístina de percatar esa necesidad de fuga la podemos observar
en las ensoñaciones y micro-sueños que
tenemos en la sala de juntas. Ni el
básquetbol, voleibol, fútbol, pelota mixteca, natación, baile, atletismo,
podrán impedir las ensoñaciones de los aficionados, cuyas fotografías gozamos,
por chuscas, en las redes sociales.
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